
Mirar esta instátanea cutre tomada con la cámara de mi téléfono móvil me produce mucha felicidad. Es mi sobrino Gabo que toma su biberón mientras me mira fijamente.Es un niño hermoso y grande como el mundo, con un radio de felicidad infinito.Bajo la acción de su magnetismo mi cuerpo resuelve su originaria función uterina.Y convertida en procreadora universal siento que alguien me llama desde dentro para avisarme de una crecida inminente de oxitocina.
Hormonas en trance, como mi vida misma.
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