Aturdida y enferma

No me rindo, a pesar del miedo
Aunque tenga que levantarme una y mil veces
No voy a dejar que me humillen más
No voy a rendir cuentas a quien nunca se molestó en identificarme, conocerme, respetarme
No ya nunca más
Eso se acabó
SE ACABÓ HE DICHO!
El miedo sobreviene
El miedo sobreviene en oleada
inmóvil.
De repente, aquí,
se insinúa:
las construcciones conocidas, las posibles
consecuencias previstas (que no excluyen
lo peor),
todo el lento dominio de la inteligencia
y sus alternativas decisiones, todo
se
ofusca en un instante.
Y sólo queda la raíz,
algo como una antena dolorosa
caída no se sabe, palpitante.
JAIME GIL DE BIEDMA

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