La calle tiene una pedagogia propia.
Por eso cualquier individuo puede educarnos..
Borrachos, putas, toxicómanos, taxistas, amantes sin rumbo, vendedores de calidoscopios, Manolitas Chen,ejecutivos financieros de 45 que buscan, mujeres dilatadas...cajeras de LIdl... están ahí para enseñarnos la verdad asociada a lo cotidiano.
Hoy voy atenta a su encuentro en algún momento del día y dedico algunos minutos a observar en silencio.
Me empapo de la doctrina que justifica la tortuosa biografia incompleta del chico que me pide ayuda.No hay más referencias que la suya propia.
El es una tesis en sí mismo.
Los pasillos del albergue para personas sin hogar conmemoran la vuelta de los perdedores y los inciertos.
Yo, visitante auditora, estoy entre ellos.
No es justo.
Tanta gente deshuciada de la sociedad.
Mi visita: 45 minutos.
Tiempo de espera de los que se quedan dentro: siempre
Es ingrato exiliarte 45 minutos y volver a las aceras para ser de nuevo reeducada.
Preparada para examen.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dicen que un gran hombre es el que aprende hasta de un hombre pequeño y los pequeños no aprenden ni de los grandes hombres.
Como siempre, regateo al refranero y me esfuerzo por pensar yo mismo: no hay tamaños en los seres humanos, todos somos iguales, y como tales, todos podemos aprender de todos.
Creo en la educación continua que me proporcionan todos y cada uno de los seres con quien me encuentro. Y en este blog aprendo mucho.
Salud!