
Ana en 2046 mapas
En la franja de Gaza me hubiera sentido más segura que en aquel centro comercial.
Así que me dirijo decidida al centro histórico.Compro caramelos y té en la tienda de las especias primero,luego chocolate y algunos regalos en la tienda de comercio justo.Sigo hasta mundo nuevo, y en la calle paralela a la de la tetería donde estuve con M. hace unos días está la casa del viajero. Tengo la costumbre, a pesar de haberlo leído miles de veces, de buscar Ebano de mi admirado Ryszard Kapuścinski y siempre leo lo mismo:la parte que dedica a narrar la independencia de Ghana.
Me gusta quedarme al lado de los mapas políticos leyendo a Kapuścinski.
El hombre de edad madura se acerca con el último libro de Jonh Le Carre y mira fijamente mis zapatos, bueno no sé si mira a mis pies o a mis zapatos que están a escasos centímetros de distancia.
-Una mujer tan femenina como usted no debería descalzarse en las librerías- me dice.
-Un hombre preocupado por las señoritas como yo debería susurrar las cosas importantes al oido-le digo sonriendo.
Reímos.
Tres empaquetados de regalo después nos encontramos en el bar de enfrente tomando un vino.
El nació muy lejos, viaja a España a menudo y quiere quedarse en Málaga.Es educado y elegante.
Mira siempre a los ojos y nunca señala con los dedos..
Le gusta mi aspecto.
Me sorprendo de que le gusten mis zapatos planos, mi rebeca de lana, mi pelo recogido en una coleta con una goma de cuatro bolas (que llevan las niñas de 4 años), me aclara que le gustan las mujeres coquetas y que le parezco sensual, aunque debiera maquillarme un poco.
Hablamos de amor.
Todo el rato.
Y en un momento, justo cuando las tiendas cerraban y los camareros nos insistían con el vino, él tapa mis ojos, acerca sus labios a mi oido y me dice:
-Podría decirle que la amo ,señorita.
Y...con la precisión que genera la ausencia, huyo...temerosa de mi respuesta.
podría suceder cualquier cosa o..no?

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6 comentarios:
Si es que tienes que dejar las pastillas azules, que te sientan mal al mezclarlas con la literatura...
Ahi que ver.. esto parece el anuncio ese para que no se conduzca bebido... "ella piensa que ha pasado esto."
"realmente lo que ha pasado es..."
jajaja imagina!
p.d: y te hablaba de usted y de señorita... jijiji
Una preciosa historia, con el perfecto fondo musical. En Navidad, y a veces fuera de ella, ocurren cosas así, y luego las recordamos con la duda de si fueron solo un sueño. Imagino a unos cuantos actores ya maduros en los 50 en el papel, y es que la realidad supera a la ficción. Qué placer disfrutar aún de lo poco que nos queda de la ciudad y de sus tiendas y sus gentes...
Cairo tú si que eres un romántico y fíjate mi Cosaco para una vez que me pasa una serendipia de esas de las que siempre está hablando ya ves como me trata.Ayyyyyyyyy
Hola Ana, me puedes dar tu e-mail para que te envie algunas fotos de nuestra estancia en Zahora? Si lo pongas aqui te enviare un mensaje "altiro" para que sepas que lo puedas quitar de tu blog. O si prefieres lo haremos al reves: yo pongo el mio aqui y tu lo quitas altiro. Ya puse una foto de Zahora en mi blog.
Un saludo
aquí lo dejo, violetag.ana@gmail.com
gracias Giovanni!
Suena a gloria, huele a bonito, creas un imaginario perfecto con zapatos, rebecas y coletas...
Me ha encantado.
Un beso, guapa.
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