A. es la única mujer en aquella reunión.
Se ajusta el cuello vuelto de su jersey azul de angorina y de vez en cuando para aliviar su columna se mueve como una bailarina-robot en la silla verde que le han asignado justo enfrente del lider.
A. se pone en off. Le ocurre a menudo, especialmente cuando se siente observada,o esperan de ella alguna propuesta mejorada,y ella no tiene más que decir...
Porque ella, la única, la hembra madre no siempre tiene la respuesta alivio que los niños esperan para las preguntas difíciles.
Y no siempre el recurso que tiene más a mano es la renuncia.. la misma que desesperadamente busca el líder para fugarse con ella.
( Y A.quiere irse a cualquier stio donde haga un poco de calor y quieran a los niños).
Mira su reloj por sexta vez y piensa que los relojes rebosan de optimismo porque están hechos para los comienzos
Y un comienzo, en ese instante, podría ser esperar en la habitación del hotel a que subas y te acomodes a mi lado y me preguntes cosas estúpidas que te respondería muy seria.
Un final sería fugarse con la biblia de la mesita de noche,el revólver olvidado en el cajón y dos toallas en la maleta.
Pero......
un intermedio es siempre el jodido interrogante que cierra la duda de no saber dónde estás.
Por amor al comercio
A. es la única mujer en aquella reunión.
Se ajusta el cuello vuelto de su jersey azul de angorina y de vez en cuando para aliviar su columna se mueve como una bailarina-robot en la silla verde que le han asignado justo enfrente del lider.
A. se pone en off. Le ocurre a menudo, especialmente cuando se siente observada,o esperan de ella alguna propuesta mejorada,y ella no tiene más que decir...
Porque ella, la única, la hembra madre no siempre tiene la respuesta alivio que los niños esperan para las preguntas difíciles.
Y no siempre el recurso que tiene más a mano es la renuncia.. la misma que desesperadamente busca el líder para fugarse con ella.
( Y A.quiere irse a cualquier stio donde haga un poco de calor y quieran a los niños).
Mira su reloj por sexta vez y piensa que los relojes rebosan de optimismo porque están hechos para los comienzos
Y un comienzo, en ese instante, podría ser esperar en la habitación del hotel a que subas y te acomodes a mi lado y me preguntes cosas estúpidas que te respondería muy seria.
Un final sería fugarse con la biblia de la mesita de noche,el revólver olvidado en el cajón y dos toallas en la maleta.
Pero......
un intermedio es siempre el jodido interrogante que cierra la duda de no saber dónde estás.
A. es la única mujer en aquella reunión.
Se ajusta el cuello vuelto de su jersey azul de angorina y de vez en cuando para aliviar su columna se mueve como una bailarina-robot en la silla verde que le han asignado justo enfrente del lider.
A. se pone en off. Le ocurre a menudo, especialmente cuando se siente observada,o esperan de ella alguna propuesta mejorada,y ella no tiene más que decir...
Porque ella, la única, la hembra madre no siempre tiene la respuesta alivio que los niños esperan para las preguntas difíciles.
Y no siempre el recurso que tiene más a mano es la renuncia.. la misma que desesperadamente busca el líder para fugarse con ella.
( Y A.quiere irse a cualquier stio donde haga un poco de calor y quieran a los niños).
Mira su reloj por sexta vez y piensa que los relojes rebosan de optimismo porque están hechos para los comienzos
Y un comienzo, en ese instante, podría ser esperar en la habitación del hotel a que subas y te acomodes a mi lado y me preguntes cosas estúpidas que te respondería muy seria.
Un final sería fugarse con la biblia de la mesita de noche,el revólver olvidado en el cajón y dos toallas en la maleta.
Pero......
un intermedio es siempre el jodido interrogante que cierra la duda de no saber dónde estás.
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1 comentario:
Te leo muy contrariada.
Y hoy no tengo ganas de poner a parir a los hombres, pero es más por cansancio físico que por otra cosa.
Quizá no nos obviamos lo suficiente... quizá estamos esperando que nos lean el pensamiento, ése que ni nosotras terminamos de descifrar, malditas hormonas.
O quizá no ven más allá de la longitud de su miembro...
Qué dilema, amiga!
Besos reconfortantes, aunque sólo sea en la intención.
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