Ese peinado que cambia el curso del pensamiento.....

Jonh Lennon dijo de Karen Carpenter que tenía la voz blanca y con los mejores registros que jamás había oido. Lástima que Karen no aplicase el virtuosismo de su voz y de sus manos de batería consigo misma y acabara muriendo de un paro cardiaco en 1983 tras una década de laxantes, dietas y anfetas que la ayudaban a conservar su cuerpo y alma en la anorexia. El hermano de Karen, el melenas de la foto, tampoco anduvo por la senda correcta.Se hizo amiguito de los camellos de California y después de confensar su adición a los somniferos y ocultar su adición a otras chucherias más divertidas,terminó por amargarnos los 80 con una serie de composiciones propias y ajenas de bochorno sólo superable por un hipotético concierto de Spandau Ballet con Tony Bennet en las Vegas.

Imposible negar que los Carpenters son adorables. Las canciones melosas, la bateria de Karen en Mr. Postman, el ñoño Close to you y la declaración de principios para adolescentes y púberes salidos como picos de plancha que es We´ve only just begun componen una orgia decadente de temas exclusivos para jovencitas que creen que los tampones desvirgan y chicos de catorce convecidos de que las chicas meamos por el mismo orificio.

Los Carpenters han aparecido mientras buscaba peinado para la fiesta del viernes a la que el kamosisa me acompaña vestido de Starsky.

Yo iba con la idea de peinarme a lo Farrah Fawcett Major que es esta chica a la que yo quería imitar desesperadamente cuando de pequeña jugábamos a los Ángeles de Charlie.

Pero hasta los doce mi mejor amiga del barrio fué una niña testigo de Jehová que me acompañó en la dura senda que fué atravesar la EGB sin haber hecho la comunión ni estar bautizada por culpa de un padre comunista como el mío que con éstas y otras actitudes tanto contribuyó a mi integración. Por su jodido protagonismo en el barrio(lo de la sangre en los testigos imponía mucho)ella siempre se cogía el papel de Farrah y yo por, empollona,estaba obligada a imitar la morena con cara de tonta, que parecía salida del mismo centro de rehabilitación que el hermano de Karen.

Mi amiga, La Testigo de Jehová simplemente estaba........loca. Cogió la costumbre de enseñar las bragas a los niños y cuando le apareció vello en el sexo puso un cartel en el baño de los chicos. Una compañera de su colegio también nos confesó que fué expulsada tres veces por cambiar el crucifijo que presidia la clase por una foto de Manolo Escobar.

Reconozco que a los 13 años me enamoré de su hermano, que también era testigo,y que me ponía muchísimo.Hoy puedo asegurar con toda garantía que ,...yo también a él.

Lo conocí una tarde de Domingo. Mi madre asistia a unas reuniones que una hermana de mi abuela montaba en su casa y a la que cada semana invitaba a representantes de una religión diferente.

Si, amigos de este blog, millón y medio de amas de casa acudían religiosamente a las reuniones de Avon en ese año mientras nosotras nos congregábamos para decidir qué religión nos convencía más.Al final nos quedamos con los testigos de Jehová(yo rezaba todas las semana por encontrarme a mi Único Testigo algún Domingo de merienda )por dos razones: la primera porque siempre invitaban a los pasteles y la segunda porque los mormones que fueron los que mostraron más interés no lograban convencer de la poligamia a ese grupo de mujeres mediterráneas tan ardientes como celosas.

Mi historia de amor se frustró a pesar de que tenía muchos ingredientes para terminar bien.El más importante sin duda era que, Yo podía convertirme sin problema, ya que no había sido fichada antes por ningún club de la Fé y por lo tanto nadie de su familia podría acusarme de tránsfuga.

Pero el chico, mi testigo del Sr.,me cogió de la mano una mañana de Enero, después de encontrarnos en una plaza cercana a mi colegio.

Y retirando las cáscaras de las pipas de mi falda escocesa roja y azul me dijo muy serio que me escribiria una carta para explicarme las dificultades de nuestro amor.

Y un día de agosto, por fín la carta.... llegó....