Finales Felices II
Creo que esta película contiene una de las declaraciones de amor más inteligentes que jamás he visto y siempre me ha hecho pensar si las personas se pertenecen o si la felicidad va asociada a alguna forma de pertenencia.
En este final Holly trata de que la divergencia de sus intereses respectivos se mantenga en la misma impostura en la que han venido manteniendo su relación (los impostores se reconocen al comienzo de la película ) porque es el único estado donde puede darse la primera parte del desenlace donde conviven la huida(la de Holly ,irracional) y la espera(la de él ,racional).
El escritor trata de convencer a Holly de que abdica de su felicidad cuando considera la libertad como la negación del otro.Porque sin el otro ella no es libre. Y el otro es el gato, que es ella misma y es él que también es ella misma porque supongo que las personas destinadas a pertenecerse se reconocen sin necesidad de describirse : se saben y se intuyen.......se averiguan y se ayudan.
La libertad es un final feliz y borroso.La pertenencia es la constatación de que algún día estaremos solos.
Por eso mientras todo lo demás nos sucede arropemos al gato y prolonguemos el beso indefinidamente
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11 comentarios:
Jo.
Crees que las personas se pertenecen y se reconocen?
Creo que tenemos ese sentido ligeramente atrofiado.
O es que estoy Holly perdida y huyo en cuanto huelo al escritor...
Mejor hoy no me torturo.
Un beso.
Fantástico. Me encanta tu post casi tanto como me encantas tú. La pertenencia es, quizás, la impostación de un otro con matices de uno. La pertenencia es, entonces, una fantasía especular, un espejismo con aroma a feromonas, un autorretrato pintado con hormonas ajenas. We’re after the same rainbow AnitA, we are indeed.
Besos.
Creo que tiene razón pero tanto un cosa como la otra pueden ser jaulas. Buscar la respuesta correcta es una perdida de tiempo pues no existe ninguna o quizás exista una para cada ocasión, no lo se.
Desde luego en esos momentos trágicos 'mua' no tiene esa facilidad de palabra que demuestra el escritor, soy más como el gato que se queda debajo de la lluvia maullando un torpe lamento.
No creo que la libertad sea un final feliz, solo es el principio irrenunciable de ti mismo.
Un besote Ana. Hoy me torpedeaste el acorazado -A1F2 hundido -
No sé si las personas nos pertenecemos o no. Sí se que he sentido pertenecer, pertenecernos.
En el peor de los casos es una mentirijilla reconfortante. Es decir, un final feliz.
Mira que estas películas no pasan de moda ¿eh? a mi las declaraciones de amor nunca me han ido muy bien, tanto si me han dicho que si como si no. :(
Oye, en la foto estás "de película", je,je.
Besos.
¿La felicidad "na" menos?, ueno pueeesssss:
"Sentir una alegría que no procede de nada ajeno a mí, sino de contemplar la belleza que hay en mi interior"
Menudas cuestiones nos planteas, Anita, como para una tesis doctoral :)
Estoy de acuerdo con el escritor, la propia libertad nunca puede pasar por negar al otro, por la desvinculación ni la aniquilación del propio deseo hacia otro, que necesariamente ata.
Pero también, como a un árbol, la idea de la pertenencia me rechina, partiendo de la base de que ni siquiera nos pertenecemos a nosotros mismos.
En cualquier caso, si cabe hablar de pertenencia, no puede ser la de un destino, sino la que nosotros elegimos y queremos construir, como cuando alguien dice pertenecer a tal o cual partido político. Sólo ahí veo la posibilidad de un pertenecer a otro que no nos destruya ni nos amordace.
Bonito el beso con una cabeza de gato entre medias. ¿En qué estaría pensando el gatito mientras tanto? :)
¡Un beso, guapa!
la libertad es la cárcel más grande de todas las cárceles, admirada Ana.
Un beso y lángida tarde.
Ana, me has dejado llorando con la escena... la ví tantas veces.... Pero no estoy de acuerdo con que la jaula sea de lo que nosotros huimos, mas bien, sería la jaula, el estado, cualquiera, que nos determine, y el amor también determina, cerca, y priva de alguna manera la libertad, que tb es otra cárcel, cómo dijo el lagarto.
Demasiadas preguntas en el aire cuyas respuestas desconocemos...
Y tu creés que nos reconocemos, que nos intuímos, que es así el amor, el hombre perfecto? Mataría porque así fuera, pero me parece demasiado ficticio, hoy en día, cualquiera se cuelga de cualquiera y luego lo vende mirando otros ojos...
Cuídate, Ana, mucho, hoy me has tocado la fibra sensible, sobre todo al final, cuando se abrazan, y ella deja de estar perdida, tan perdida cómo yo....
Bsss
me váis a permitir que sólo conteste a Male a la que meencantaría abrazar ahora y decirle que no se preocupe. El tiempo es la herida.Como los discapacitados tenemos que convivir con ella.
Yo soy muy Holly y busco un escritor. Y sí estoy convencida que en el amor nos reconocemos.Y eso nos asusta. Y por eso huímos. Pienso que la probabilidad de que dos impostores se encunetren es muy baja. Cuando sucede la lógica es desafiada y la matemática cuestionada...pero nada es exacto ni puro.
Sólo la gente que es capaz de integrar esa herida de la que te hablo, a su forma de ser, sobrevive. Y los superviventes no necesitan presentación. Ni invitaciones.Un día, porque el destino así lo tuvo previsto, se encuentran. Entonces los relojes se paran y el tiempo comienza....ya!
Joder, Ana, me has dejado llorando, coño¡ Sí, los supervivientes se encuentran... pero logran verse con tanta cicatriz por todas partes, y la vista tan nublada de entornar los ojos para sólo ver lo que no les duele? Quiero tener fé en que sí... pero ahora mismo estoy mas rota que mis converse de mis 17 años, que siguen conmigo, recordándome que hubo tiempos mejores, y que hay que recuperarlos. Yo no busco un escritor, sólo busco alguien que me quiera por lo que soy, y que intuya, lo que soy, y que se adelante, a lo que soy. Es difícil, pero algún día, cuando deje de dolerme tanto la herida que ahora sangra, y cuando el pecho recupere su estado natural, porque ahora está hinchado con los sollozos y el aire que guardo de aguantarme la respiración con la situación que tengo... cuando llegue ese día, sabré, que la prueba se superó, y que todo esto, al fin y al cabo, es porque vivimos, y porque nos atrevemos a retarnos con malandrines, y porque, en definitiva, queremos empaparnos de todo, que es de lo que se trata.
Gracias, Ana, debiste traer el doberman a Madrid y haber acabado tu antes con el barman... ya no hace falta, llevo el barman instalado en mi, y muerde y todo. Cuidado, hombres, ni se acerquen¡
Bss, te haces querer, muñeca, te haces querer¡
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