En el nombre de mi Padre
Paseo con mi padre, que se preocupa de vez en cuando por mí.
Paseamos por este barrio transformado, multicultural,vemos los avances de la biblioteca y la casa cultural rumana.
Mi padre me dice que no puede con la casa grande. En la que ahora vive.
Hablamos de negocios, de política de vivienda.
Mi padre, ese señor al que mi hermana y yo siempre llamamos Pepe Stalin, y al que boicoteamos cuando fué presidente de la comunidad de vecinos, me habla de la muerte y de la izquierda y me asusta la asociación de las palabras en el contexto donde hablamos, sentados los dos en un banco mugriento, viendo a mi hijo jugar y al tiempo columpiarse en los árboles.
Luego vamos a casa y le enseño la página de Antígona para que vea a Victor Jara (Anti mi padre dice que eres una chica lista y que le gustas),y le digo que no es el único sentimental y le suelto un rollo sobre los términos socialista, progresista y de izquierdas.
Mi padre me pregunta muy serio:
-Anita,¿ tú te sabes "La Internacional"?
-¿Cuál de ellas Papá ,la comunista o la socialista?
-La Internacional Anita, la única (mi padre se pone como Fernando Fernán Gómez pero sin barba)
-No sé papá,de pequeña me enseñaste la comunista pero hace tiempo que no canto la socialista, ..mmmm...y ahora ...no recuerdo la última vez que levanté el puño.
-Pues cuando me muera cantarás la comunista.
-No quiero que te mueras Papá.(Río). Al menos en diez años. (Río más).Y tendrá que ser así de pronto.(simulo un infarto fulminante)
-Me moriré sin ver al PCE en el gobierno ni la república-
-Ya Vivimos una república virtual. Internet es una república virtual.
-¿Tú crees que sirvió de algo mi lucha?
Me quedo perpleja. El corazón se me encoge hasta hacerse imperceptible. Mi padre nunca me había hecho una pregunta así.
-Sí. Yo continúo en ella.¿Te parece suficiente?
-Pero tú eres un poco burguesa.No eres ejemplo.
-¡Papá si fuera mínimamente burguesa no viviría aquí, ni estaría aquí hablando sobre estos temas contigo!.en lo de que no soy ejemplo, bueno, soy aproximadamente digna.....
Oye, Papá.....recuerdas cuando me llevabas a comprar el Mundo Obrero clandestinamente a aquella librería de C/ Granada?.
Sí, claro! (mi padre suelta una perorata que soy incapaz de reproducir aquí)
-Creo que me enamoré de Juan un día que le vi paseando por aquella calle.
Silencio.
Más silencio. Hasta que mi padre finalmente se despide.
Y me deja como una niña abandonada en una estación vacía.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué gran hombre! A veces me hubiera gustado tener alguien así cuando crecía...aunque supongo que ahora sería alguien distinto.
Quizás simplemente llevo demasiado tiempo sin poder hablar con mi padre.
Salud y República!

Anónimo dijo...

Estimada Ana, tu padre pertenece a un grupo social en vias de extinción. Los que a mi juicio, pueden ser de izquierdas. El problema de mucha juventud, a mi juicio, repito, es que son de izquierdas sin haber trabajado en su vida. Posiblemente se saben mejor la internacional que muchos de los que hicieron posible la lucha obrera. Ahora ser de izquierdas es guay, pero trabajar no lo es. Esas hordas de niñatos con las camisetas del che, que su unica reivindicación es poder fumar mas porros, empañan el nombre de la izquierda.
Aunque tu padre está en las antípodas de mi ideología, lo respeto. Él si puede decir que es comunista y entiendo que le repugne el socialismo.
Saludos.

juan rafael dijo...

yo, conversaciones tan profundas con mi padre, nunca he tenido. ¡vaya suerte!

Max dijo...

Ay, Ana. ¡Qué post! La memoria y el deber. Más aún, el deber de la memoria y la memoria del deber. Al leerte me queda claro que this is why I love you. No. Es más que eso: this is why I love.

NoSurrender dijo...

Consigues emocionar hasta al más socialdemócrata, Ana :)

El mundo ha cambiado mucho y quizás ahora hay que luchar de otra manera. Pero nada tendríamos si no hubiera habido gente tan comprometida como tu padre. dale las gracias de mi parte.

un beso republicano!

AnA dijo...

Agrupémonos Todos y todas!
Gracias!!
Mi padre significa mucho para mí.

Antígona dijo...

Ay, querida Anita, un honor para mí, no lo sabes tú bien, que le hayas enseñado mi post a tu padre. Ahora me alegro mucho más de haberlo escrito.

Dile que por supuesto sirvió para algo su lucha. Para mucho. Porque estoy convencida de que sin ella las cosas serían mucho peores de lo que son. Y que su memoria sigue siendo una honrosa prueba de que hay seres humanos que no dudan en dedicarse a la defensa de unos ideales tan justos como necesarios.

No me extraña que tu padre signifique mucho para ti. Has tenido mucha suerte, Anita. Y yo encantadísima de que me hayas presentado a él a través de esta república internáutica.

¡Un beso enorme, Comandanta! ;)

Anónimo dijo...

Hermosa entrada.
Somos más de lo que se cree.

Salud y República!

AnA dijo...

Bueno Anti...menos mal que casi te dobla la edad mmmmm ;)
Gracias guapa, la verdad es que no se lo esperaba.

Fandemiblog somos más claro que somos más!

Anónimo dijo...

Me ha emocionado tu historia, Ana. Y la de tu padre, aún más.
Ya te he contado algo de la tormentosa relación que tuve con el mío. Y de la anheante relación que tengo con la muerte. Cuando un hombre siente que su mundo se ha acabado empieza a preparar el viaje.
Así has descrito a tu padre.
Como hijo nunca tuve ese momento. Pero no olvido un solo día la conversación imposible que mantuvimos la tarde del día que me marché de casa. Adolescente, aquel hombre antes de rompernos para siempre, me contó, quizá sin saberlo, las claves de su miedo y su locura.
Yo solía decir "mi padre y yo nunca hablábamos".
Ahora sé que lo exacto sería decir: "sólo intentó hablarme una vez; quizá fue suficiente".
Al entenderlo todo, no entendí lo que realmente quería decir.
Un hombre conocido suyo, un profesor de dibujo, alcohólico como él, bohemio y poeta -no como él- hizo de mi padre una vez, cuando ya estábamos separados.
"Su padre de usted le quiere, y le necesita; pero ni lo sabe ni sabe decirlo. Perdónele usted en su corazón. Y, usted que escribe y es poeta, haga un bello poema en la piel de su padre. ¿Entiende lo que le digo, verdad? Será su mejor poema, un poema sobre la `piel de su padre".
Nunca volvía a ver a aquel hombre. Casimiro, se llamaba. Desapareció de la vida de los dos.
Yo nunca hice aquel poema.

El día de la muerte de mi padre en la residencia yo estaba triste y sereno. Mientras mi madre lloraba con contención y profundidad diciendo "me da tanta lástima la mala suerte que ha tenido este hombre; se ha muerto sin dolor, pero se ha muerto tan solo, Héctor, tan solo".
Yo, que me llamo como él, sólo quise ponerme sus zapatos. "Un hombre guarda su alma en sus zapatos", me decía a mí mismo por dentro. Los cogí y los guardé hasta que se destrozaron o alguna compañera de mi vida los tiró.
Las chicas a veces no saben interpretar nuestros altares secretos.
Cogí todas las cosas que guardaba en sus cajones, todas las porquerías, cajas de medicinas, paquetes de tabaco vacíos, pilas usadas y cromos que compraba para acabar los álbumes de recuerdos y fotos que no pude ver hasta hace un año y lo metí todo en bolsas grandes. Por aquel entonces me relacionaba mucho con el arte. Pensé en hacer una instalación con todo aquelo, reproducir aquella habitación, guardar la memoria y el espíritu de aquel hombre con las cosas absurdas que guardaba. Guardé aquellas bolsas en el almacen de la perfumería de mi abuela. Mi hijo estaba a punto de nacer. Lo haría un mes y cuatro días después de la muerte de mi padre. Mi padre nunca supo que iba a tener un nieto. No quise decírselo.
Vendieron de improviso la perfumería de mi abuela. Tiraron todas las cosas. No me avisaron. Sentí, una vez más, no haber estado a la altura de las expectativas. No ser capaz de hacer un bello poema a su piel. Ni siquiera un poema torpe.
Ahora, que mi hijo tiene la edad que yo tenía cuando mi padre y yo dejamos de hablarnos y nos peleamos, comienzo a perdonarme. Comienzo a verlo en mí. A verlo a él también en mi hijo. A tener miedo de mi hijo como él tenía.
Yo he discutido mucho con mi hijo.
Pero nunca he dejado de hablar con él. Él, que no se llama como yo y hace unos meses que se fue a vivir con su madre, nunca ha tenido problemas en hacer bellos poemas sobre mi piel. Uno de sus últimos sms:
"aunque nos peleemos, y sigamos peleando... te quiero".
Hace unos años estaba intentando rematar una suite poética. Varios metros y estilos para una especie de travesía. Incluía un poema a mi hijo del que me siento orgulloso. Me faltaba el final. No lo encontraba. Sólo pude hacer esto: "el día de mi muerte/ no voy a tener miedo".
Hoy vivo en la casa que fue de mi madre, muy cerca de la casa de donde rescatamos a mi padre en su día entre las basuras y la locura. Mi padre nunca pudo reponerse del abandono de su hijo y del resto de su familia.
Hoy, sobre la chimenea, luce una pequeña foto enmarcada en un pequeño cajón donde mi padre pega sonriente su cara a la mía. Yo tenía 11 meses y acabábamos de llegara Málaga. Ahí, no cabía duda alguna, éramos el poema. El poema olvidado.

Ama como tú sabes a ese hombre que siente que la despedida está cerca, Anita. Que entienda que, aunque tu Internacional y a suya no son la misma, te ha transmitido el afán por luchar cada día por mejorar lo que te rodea. Tú, encima, puedes contarlo. Como yo he intentado hacer aquí y a cada sitio donde voy. Acaba tu cuento recordándole que la única lucha final nunca puede ganarse salvo cuando te entregas , sin miedo, a los brazos de lo que más temes.

Un beso, mi niña

H.

Athos dijo...

En los azarosos tiempos que vivimos de globalización, intoxicación mediática, nulo respeto por el medio ambiente y glorificación del vil metal, resulta reconfortante encontrar personas como tu progenitor, gente fiel a sus principios hasta el final, caiga quien caiga.

Y puedes decirle con orgullo que si el mundo hoy es un poquito menos malo, ha sido gracias a luchas como la suya y la de tantos otros.

Desgraciadamente, la única ideología vigente es la del "Sálvese quien pueda, y a costa del que sea".
Ya no hay tiempo para el romanticismo.
....
The line, it is drawn, the curse, it is cast
The slow one will later be fast
And the present now will soon be the past
The order is rapidly fading
The first one now will later be last
For the times, they are a changing

Besos Ana

AnA dijo...

Gracias Héctor, precioso comentario.Dos más como éste y los publico eh?
besos!

Si hay tiempo para el romanticismo athos, no me digas que no! aunque los tiempos estén cambiando!
Más besos!
A

MALEFICABOVARI dijo...

Nunca entendí de política, quizás fué cuando mi madre me contó cómo fusilaron a su abuelo, fueron por el a casa, y se acabó. No quiero saber nada mas. Ni de luchas que dignifican al osado, pero marchitan al del otro lado... lo siento, no puedo, no entro.
Sí te digo que me parece envidiable y preciosa la relación entre tu padre y tu, y que compartir ideología... es compartir cosas, y supongo une mas... no se.. yo cuando en casa cada uno habla de la que sostiene, yo bostezo. Para mi es una guerra constante que no encuentra nunca su final adecuado. Perdóname, pero estos temas me ponen un poco triste... no nací yo para política, no... veo demasiados fallos de serie en la historia qeu se montan...
Románticos los políticos?????? Quizás dos o tres personas, entre ellas tu padre, que con tesón y valentía, sí supo defender una ideología que le llegó al alma por lo justa que sonaba.... Ahora todo es corrupción... no me tira nada, niña, nada¡
Un besazo, enternecedor lo de la librería y aquel ejemplar...

AnA dijo...

Te entiendo Male, pero nadie escapa de la política.Nuestras actitudes ante la vida también infieren en la manera en la que los partidos políticos gobiernan.Hasta obviando el asunto las personas hacemos política.
La familia de mi padre era del bando nacional.En su casa cayó como un levantamiento su militancia comunista.Las personas no conformistas, revolucionarias, que buscan un porqué,que no dicen si fácilmente y que se rebelan en definitiva contra el orden que,por la fuerza otros le quieren imponer son mis candidatas favoritas.
Entre ellas tú.
Te quiero rebelde con causa!!!

BeBa dijo...

Ani: bonitas historias con nuestros padres que son entre otras cosas los hombres que queremos para nosotras.
Sólo te digo que aproveches todo lo que puedas de su compañía, cuando se van estan difícil pensar que ya no estarán jamas.
Besiños de Beba y Don. Antonio

koolauleproso dijo...

Yo también tengo un padre parecido: honesto y cabezota (sigue siendo un rebelde a sus 75 años, y creo que morirá siendolo). Me ha emocionado especialmente esta entrada (y no digamos el largo comentario de Héctor-creo que ahí hay el germen de una buena novela-)
Espero que te queden muchas discusiones con tu padre, como a mi con el mío (yo, por lo menos, no sabría cómo vivir sin él)

un beso

BELMAR dijo...

entre la nostalgia, el sueño y el pasado... buen relato...