Traición,Venganza y otras formas de respeto
Leo en Rebelión un artículo de Pascual Serrano sobre la biografía de Joseph Fouché, político francés durante la revolución francesa y hasta las postrimerías del imperio napoleónico y personaje infame donde los haya.
Dice Serrano que el libro refleja la semblanza de "Un hombre que en 1790, antes de la revolución francesa, era profesor en un seminario, en 1792 saqueaba y quemaba las iglesias, votó a favor de la muerte de Luis XVI y María Antonieta, en 1793 era un exaltado ministro jacobino, cinco años después era multimillonario, diez años más tarde era duque y ministro nombrado por Napoleón y en 1815 se casa bendecido y nombrado de nuevo ministro por el rey Luis XVIII, hermano del rey a quien Fouché pidió asesinar. Y mientras todo eso sucedía, por su puerta iban pasando los cadáveres de los hombres más poderosos de Francia, Luis XVI, Robespierre, Napoleón..."
El éxito de Fouché radicaba, dicen los historiadores, en “cambiar rápidamente de chaqueta siguiendo la nueva dirección del viento”.
Recordaba a Fouché, de vuelta a casa, después de dejar al Kamosisa(la verdad que muertos de risa en la parada del autobús)y meditaba sobre si la traición es un acto que sólo puede darse en el corto plazo en tanto que otros, como la venganza, solo adquieren sentido al final de un largo después.
Esta idea me sugería la posibilidad de considerar la venganza como un tipo de consecuencia meditada, razonada, planeada en el tiempo y que necesita también de una actitud predefinida ,al contrario de la traición que, en el contexto de lo inmediato, plantearía como algo sugerido o intuido y finalmente declarado en la huída. ¿Cuánto tiene la traición de herramienta para la supervivencia, me digo?¿Y la lealtad?¿Se sobrevive siendo leal siempre? ¿Roma no pagaba traidores y tampoco leales, añado?
Yo soy producto de la confianza de un político al que soy leal desde hace mas doce años. Una vez me equivoqué y se sintió defraudado. Me fuí a los cuarteles de invierno donde un tiempo después fué a buscarme.
Hoy mientras él hacía bromas con la deseperación que yo le mostraba por los ataques de las "neoconas" en mi tertulia de los martes no pude evitar sentir una infinita ternura por este hombre curtido en la política provincial, tremendamente sensible y que todavía cree en lo que hace con la misma pasión que recita a León Felipe.
En ocasiones intuyo que entre nosotros hay un pacto secreto cuya primera y única claúsula señala que en caso de tormenta política salvaremos el ideario, las risas los poemas y algunas canciones.Nos serán necesarios en la retirada incluso siendo conocedores de que en los cuarteles de invierno siempre se celebran las llegadas y se brinda con cava auténtico de economato.
..............................Cuento ésto porque quisiera que una persona muy querida para mí entendiera que las retiradas pueden pactarse. Y que considerase que en la política y en la vida el silencio no tiene que traducirse en retirada : puede ser espera.Sí.En los pasillos de la existencia que compartimos estamos obligados a esperar un turno, sin dramas.
¿Saben?....Quiero contarles un secreto.Para ello escribiré bajito.
En la mañana del edificio-lupa donde trabajo el mar refracta las posibilidades que se humanizan en sus dependencias. Pasadas las ocho y media una deriva humana consigue trazar un itinerario propio de ausencias y un viento rojo las dirige al edificio B .
Que por qué, se preguntarán seguro..... porque allí, amigos míos, el respeto es el único patrimonio de los naúfragos.
(Touché , Fouché!)

13 comentarios:

Max dijo...

La traición tiene un prerrequisito que la venganza no tiene y que, en cierto modo, la convierte en patrimonio de la intensidad intersubjetiva: sólo los amigos pueden traicionarnos. Y sólo podemos traicionar a los amigos. La verdad que, para alguien tan empecinado en creer en el otro como quien cree en el amor, no me suena del todo mal.
Kisses.

Kamosisa dijo...

Administrar el silencio es una de las cualidades más inauditas en las personas. Gracias por tus palabras, y por tus silencios. (Estoy seguro de que aquella quien diriges estas palabras, entenderá).

Estamos en despachos casi contiguos. Desde el mío no se ve el mar. Hoy se ve la lluvia. A veces pienso que somos la trama de amistad que sostiene, entre risas, cenas y cines, equilibrios superiores.

alesinho carioca dijo...

Estimada Ana. Yo, al igual que Fouche, estoy en una etapa de hipersocialismo tras haber abandonado, desde hace unos dias, la extrema derecha.
Lo que me pregunto es si el fuerte golpe que me di en la cabeza tiene algo que ver. Saludos, compañera.

Miss.Burton dijo...

La verdad es que es una de esas pocas veces que no se qué decir porque tu lo has dicho todo. Me queda clara una cosa, por encima de ideologías, existen las personas, esas, si son buenas, y tienen un corazón enorme cómo tú, se reconocen en el momento, cómo en aquel cuarto al que llegó aquel señor que otra vez te cedió una parte de su alma... pues eso, te reconoció, punto. Es increible la frase final, la del pabellón de los náufragos dónde sí habita el respeto... Cada día me sorprendes mas... tienes tanto dentro¡¡¡
La traición... la cometen sólo los viles de pensamiento y alma, la venganza.... eso es otro plato. Y es de todos el probarlo, hay tanto dolor que nos inyectan vía vena aquellos que nos quieren mal, Y NOS TRAICIONAN disfrazándose de bellas personas, que creo que no hay que sentirse orgulloso de poder poner a la gente que lo necesita y se lo ha ganado a pecho, en su lugar, darle su merecido. Yo todavía no aprendí a vengarme, me ganas con una sonrisa y el día anterior puede que me clavases un puñal letal... pero aprenderé, Ana, aprenderé, por mi patrimonio emocional, que quede a salvo... tanta hostia mental sin un recibo de vuelta de que el que me la dió queda en mal estado, no es nada sano, nada.
UN BESAZO, NENA, HOY TE SUPERASTE... MAS¡

Anónimo dijo...

exacto
esos silencios pactados no saben a traición, los otros si. Los otros si.

Anónimo dijo...

¿Quién quiere perder el tiempo y las escasas energías en traiciones y venganzas? y lo más importante, ¿quién quiere sobrevivir si eso implica deslealtad? pero con uno mismo, claro, que eso debería implicar al resto del mundo.
Salud!

NoSurrender dijo...

Venganza y traición son dos viejos militantes de la actividad política, claro. Son personajes siniestros, sin carisma mediático ni capacidad dialéctica. Tienen mucho poder dentro de los comités, pero fuera pasan completamente desapercibidos. Los silencios, en cambio, pueden resultar muy expresivos e inquietantes.

(Me da envidia el mar. Quiero mar)

Besos leales, mi admirada Ana.

AnA dijo...

Mari...acertó!
Cosaco...la traición a uno mismo si...
Lagarto...recojo los besos y me los guardo
Sois excepcionales!!

Anónimo dijo...

Queridísima Ana, por favor, escribe más, y tú Kamosisa, también por favor, contéstale más.
Ambos hacéis que guarde silencio. Y el mío no es pactado, es impactado. Besos.

dErsu_ dijo...

Zweig escribió una interesantísima biografía de Fouché, quizás el personaje que todos deseamos ser, por eso, quizás, el que nos resulta más odioso.

Antígona dijo...

Es posible, Anita, que la traición sea una herramienta para la supervivencia. Pero tú lo has dicho y también Juan Cosaco: para la supervivencia, que no para vivir. Quien traiciona daña a otro pero también a sí mismo, y con ese daño habrá de cargar para sus restos.

En cuanto al silencio, qué mal sabemos manejarnos con él. Parecería que estuviéramos acostumbrados a navegar por las aguas laberínticas de las interpretaciones de las palabras y por eso luego nos sentimos tan desarmados frente a él. Nadie nos enseña a interpretar el silencio. Ni a respetarlo. Y ahí tenemos una carencia fundamental.

Se te lee estupenda, Ana :)

¡Un beso, guapetona!

AnA dijo...

Anónimo impactado, bienvenido y gracias por el cariño mostrado!!!!

Dersus...la teoría del otro y las proyecciones interiores, grcias por pasarte por aquí

AnA dijo...

Anti, pero que te voy yoa añadir que tu no seas capaz de superar!
Besos guapísima!