Yo tenía que terminar el trabajo y, sinceramente, he sido disciplinada y perseverante durante la mañana. Pero esta tarde, la lluvia no dejaba de caer sobre el puerto de mi ciudad. Lo diviso desde la ventana de mi oficina y, en la hipnosis que me provocaba su contemplación, me creí el armador responsable de llevar un carguero hasta Egipto y de traerlo después a Algeciras, lleno de cemento. Como puedes imaginar de mi cerebro no salía ni una frase sobre sostenibilidad, tema sobre el que yo tenía que estar trabajando. Vuelta al teclado y a la pantalla. 1 mensaje nuevo: "Anita termina". Opciones.....Responder: "Media hora y lista" Pensaba que en una ciudad desordenada y sucia, en un terrritorio en permanente especulación, una oficina a oscuras es un espacio apto para ejercitarse en el amor. Pensaba que , si llegabas en ese momento, fueras quien fueras, podríamos correr hasta el puerto y saludar a los turistas mojados que buscaban el sol,solidarizarnos con ellos y salir de nuevo corriendo hacia el espigón más alejado para besarnos. Yo no soltaría tu mano y Tú no me dejarías nunca. Luego regresaríamos al despacho y escondidos debajo de mi mesa, esperaríamos ansiosos a que el vigilante hiciera su ronda de media tarde para después, ya tendidos en la moqueta y desnudos, reconocernos como buscadores clave de palabras que los amantes se dicen para no olvidarse y después perdernos encima del otro, memorizando una tras otra todas las entradas. A la hora de irme siento el dolor de los ladrillos en la estructura meláncolica del edificio. Y sin acabar nada de lo que me había propuesto salgo de la oficina, apago las luces, agradezco a la tierra que la lluvia sea de agua y no ácida y miro el triste ecosistema que es mi oficina abandonada a media tarde por los seres vivos.

LAS MAQUINAS de Gloria Fuertes

.....La siniestra oficina

se humanizaba por las noches

se oía un leve teclado.

Las máquinas se escribían

-unas a las otras-

cartas de amor.

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