Estado del Desastre

Dice Z. Bauman que una característica de la modernidad que denomina "liquida" es la falta de certezas. A diferencia de las sociedades modernas "sólidas” definidas por marcos estables y predecibles donde era posible gobernar las costumbres, la nueva sociedad liquida, en constante transformación, propone una estructura social sometida a la presión de la incertidumbre que lleva a los individuos a cambiar de tácticas y de lealtades, a abandonar compromisos y a renunciar a cualquier forma de planificación a largo plazo.

Esta idea de Bauman me lleva a pensar que al igual que ocurre con las moléculas de un fluido, que se separan al alcanzar el punto de ebullición, pasando así el estado gaseoso, los individuos de la sociedad 'liquida’ bajo la influencia del ambiente y la fragmentación social, son victimas y a la vez agentes provocadores de la volatilización de las relaciones.

Para Bauman, además, la esfera comercial ha impregnado las relaciones afectivas de la Sociedad liquida lo que lleva a pensar que en una sociedad gaseosa, la opción mercantil mas rentable para la supervivencia sea la de vender humo. Humo casi siempre cargante y asfixiante.

En el estado gaseoso de la Sociedad, el relato de los individuos esta determinado por su propia inconsistencia. Ocultos en la neblina de la existencia hombres y mujeres pueden guardar silencios ejemplares o contaminar el aire, el mismo del que forman parte hasta hacerlo intolerable.

El amor gaseoso lleva la marca del desastre. Es posible reconocerlo porque se adapta al contenedor enemigo y se deja empujar por las corrientes ajenas que lo llevan de un lado a otro como si se tratase de una falsa causa humanitaria.

Mi amor es sólido.Lo se porque no se adapta facilmente. Digo en su forma original. Eso si puedes fragmentarlo y llevarlo en tu lonchera si quieres o hacerlo montoncitos, de esos de los que puedas coger de vez en cuando, como si se tratara de una pieza de González Torres.

Y en ese caso estaría siempre pendiente de reponer hasta alcanzar su medida y peso originales.

Una obligación que por su propia naturaleza significa compromiso.

4 comentarios:

Max dijo...

Hay montoncitos que no se pueden tomar como si de una golosina se tratase, porque sólo la totalidad existe. Y nos consume. En otras palabras: http://www.moma.org/modernteachers/large_image.php?id=35

Miss.Burton dijo...

GUAUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
El humo frente a ti... batalla ganada. Estados estúpidos y cobardes, frente a ti, ganas tu. El amor inundándote... definitivamente, has ganado tu.
Y me alegro. Y te siento así, gigantesca.
Esa sociedad de la que hablas, la que vende aire, contaminado, o silencios, en los que la gente busca reinventarse, sin lograrlo, no me interesa nada. Hace tiempo que ingresé en el club de la buena estrella, ya sabes... Alejada de todo tipo de envenenamiento colectivo mental... Y soy, al igual que tú, una paria en tierra de nadie, pero... Ya somos varios, Ana, ya somos varios... Y esa tierra de nadie toma forma y color, y se extiende... Y estoy orgullosa de mirar el camino que piso, y veros a muchos de mis semejantes, a mi lado, cerca, y proyectando vida y sentimientos de los buenos.
Un besazo fuerte, y oye... por dios... Un call, un algo... Que yo te quiero mucho, anda...

Anónimo dijo...

para mí la esencia del amor es la libertad, sin ella lo demás no tiene sentido

JON M ALTUNA dijo...

Estado del desastre: Cambio de Era. Paliativos: Meditación y desapego. Resultado: Occidente desaparece. ¿Que todo es ya Occidente? Parece que sí. ¿Y el amor? está frente a nosotros, pero le escupimos en los ojos. Wong Kar Wai lo sabe muy bien (pero ya es Occidente, asi que...) Hermoso post, si sigues así me volveré sólido.