Tú mismo, entre todos los seres
"Nada ni nadie en este mundo podría matar este amor que siento por ti.
He sometido toda mi individualidad, toda la esencia de mi ser a ti.
Te he entregado mi cuerpo hora tras hora para que lo trates como tu desees, para cortarlo en piezas si eso hubiera sido tu voluntad.
Todas las vallas de la imaginación he dejado descubiertas para ti.
No hay recinto en mi mente donde tu no hayas penetrado.
Me he confiado a ti, te he cuidado, he dormido contigo y me encantaría contarle al mundo que clamo por ti...tu eres mi amante y yo soy tu mujer, y los reinos, imperios y gobiernos han temblado y sucumbido antes frente a esa poderosa combinación.
La más poderosa del mundo”
Vita Sackville West to Violet Trefusis
Marzo, 1919

7 comentarios:

Max dijo...

5 de marzo. 1919/2007.

Miss.Burton dijo...

JODERRRRRRRRRRRRRRRRRRRR, COMO SE QUE NO ME PUBLICARÁS, VIVA LA MADRE QUE TE PARIÓOOOOOOOOOOO¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Y EL AMOR, ese que yo tb tengo, y esos cuerpos que se regalan, y esas vidas que unen trayectorias...
VIVAELAMORRRRRRRRR, GUAPAZA, siento alegría, al leerte, creo que todo tenía un sentido, you´ve got it¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

buscema63 dijo...

¡Por fin se ha enamorado "de verdad" la gata! Y es bueno que lo haga con cita de la amante/cómplice de Virginia Woolf, que a su vez era hija de una bailarina española, Pepita Durán. Ahora habla de la entrega, de esa donación cordiocorporal del tipo tómalo, tómalo, tuyo es, mío no. Estoy esperando que hable del tiempo lento y comprometido. No sé tú, Ana, pero los románticos y apasionados acabamos, con la edad, desconfiando de la química. Más bien, admitiendo sin dudas su poderosa tiranía. Y de cómo, con los años, se impone que para cada cual, mientras siga siendo ese cuál y no mute a otro nuevo, cosa que sucede aunque más lentamente, sólo vayan existiendo estructuras químicas específicas. Ese tú que no es nadie más para ti. Ah, el placer de la elección mutua. El éxtasis de elegirse entre todos y todas enm medio del campo de batalla y cayendo las bombas. Cuéntenos historias de sus guerras y batallas, vamos, si quiere. De momento: felicidades y vívalo, vívalo, deje toda la constancia que pueda que luego solemos olvidarlo. Y no: es cierto que durante un tiempo fuimos absoluta y arrebatadoramente felices y pioneros. Salud.

AnA dijo...

Ay qué me deciiiiisssssssssssssssssss!!!!!!
PERO HECTOR QUÉ MALO ERES!
OS QUIERO!
ANITA

Antígona dijo...

Yo, Anita, no desconfío de la química, pero sí pienso que tienen que haber más cosas al margen de ella.

O se podría plantear de otro modo: la química dura y genera sus más explosivas reacciones cuando se sustenta sobre todas esas otras cosas.

El texto es apasionado y hermoso donde los haya. Ahora, Ana, por dios, tú no dejes que nadie te corte en pedazos, eh? :)

¡Un gran beso!

Anónimo dijo...

Buscema, cuánta razón tienes. Ando yo desde hace un tiempo dándome cuenta de que desconfío de la quimica. Yo, que soy ante todo apasionada.
Deseo cuidarte AnA, como a las personas a las que quiero.

josejimenez dijo...

dios... el amor, esa morfina humana, ha inundado el cerebro de la anita.

llena pepe.